No soy la dueña de un "sí" en tu parlamento, ni de un "no" que asesina la esperanza. No soy dueña de lo que me quieras dar, ni de lo que me has quitado sin saberlo.
Si pudiera ser oxígeno y colarme sigilosa en tu circulación, me daría sin chistar la tarea de caerle bien a tus sentidos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario