¿Quién no se ha tumbado nunca en la cama un rato a perder el tiempo cuando tienes mucho que hacer? Simplemente para pensar, llorar, esperar una llamada, poner en orden todos los pensamientos que acechan tu mente a mil por hora. Mirar a un punto fijo en silencio y visualizar ahí todas tus esperanzas y todos tus sueños.
Le has dicho a todo el mundo que quieres estar sola, que no quieres ver a nadie; pero tú sabes que es mentira, nadie quiere estar solo.
El problema viene cuando sólo quieres estar con una persona y él no está a tu lado. Por eso te tumbas en silencio a pensar en él, a ver pasar las horas, porque tienes la esperanza de que si te quedas quieta. Si deseas algo con todas tus fuerzas, tarde o temprano... él aparecerá por la puerta.
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