
Los hallazgos de la conciencia suelen complicar nuestra vida fácil y cotidiana, haciéndonos vibrar en frecuencias desconocidas, generando desastres e inquietudes espirituales que nos sitúan en una encrucijada, al hacernos totalmente responsables de ir por el cambio y trascendencia o quedar en el letargo y mediocridad.
Hagamos caso a la conciencia, que nos enseña que las bellas maneras pasan, mas NO los buenos principios.
Soltemos las velas y transformemos en un mar apacible nuestras vida, navegando por el inmenso mar de armonía y paz; que el tiempo apremia y llega la noche.-
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