personal data.

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No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas. Sé tú mismo, Conócete a ti mismo como eres.

miércoles, 30 de noviembre de 2011


Estoy por aquí igual de perdida, sin querer encontrarme demasiado. Buscando tal vez conclusiones de algo que ni las tiene, intentando no volver a meter el pie en este charco de desastres. Me han visto colgada del cuello de cualquier lunes, arrastrada por palabras que nunca quedaron escritas, buscando los silencios en esta selva repleta de mentiras e ilusiones. Me pido tranquilidad a mi misma, no sin antes haber sufrido de sus guillotinas sin caricias, fuegos que parecían juegos; juegos que eran lo que parecían. Quererme y cuidarme es lo que aparece escrito en los créditos iniciales de este capítulo, porque a pesar de ser sus dedos los que hacen temblar mi piel como los de nadie más, de nada me sirve si antes o después me quedo tiritando de nuevo. Tengo más deudas con su cuello de las que jamás nadie tendrá con la piel, pero tengo que recuperar las piezas de la mía para dejar a un lado las pesadillas. He desgastado mi voz en sueños rotos, me he drogado con promesas que escuecen, he esperado lo inesperable y aunque sigo creyendo en las utopías... es mi momento para cuidarme. Por mucho que me despeine el viento, me asalte su nombre o me arrastre el mar de recuerdos, siempre hay alguien ahí capaz de escuchar mis miles de reflexiones, paranoias (#controlatusparanoias) o rayadas sobre la vida. Porque ni todas las canciones de amor son tan bonitas, ni todas las películas tristes tienen un trágico final. Podríamos decir, por decir algo, que te debo un baile y no una explicación.

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